La formación como valor añadido – Foorma

La formación como valor añadido

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La formación como valor añadido

Los recursos humanos son el principal activo de cualquier empresa, por tanto es importantísima su correcta gestión, valorando las debilidades y fortalezas de cada uno de los empleados con el fín de potenciar sus habilidades. Todo el trabajo que realicemos en este sentido, nos ayudará a mejorar como empresa y nos hará más competitivos.

Así, en la planificación de la formación de una empresa se considerarán dos enfoques:

  1. Formación Genérica dirigida a todos los empleados o a los de un determinado departamento con el fin de resolver o reforzar algún aspecto necesario para la realización de su trabajo diario. Ejemplo: Curso para el Dpto. Administración donde aprenderán el un uso avanzado de las hojas de cálculo Excel.
  2. Formación Específica que se diseña para resolver algún escenario concreto donde hayan surgido nuevas necesidades en la empresa y por tanto los empleados posean una carencia formativa al respecto. Ejemplo: Formación en Telemarketing para el Dpto. Comercial pues la nueva estrategia de marketing dice que ahora deben realizar llamadas de teléfono para captación de nuevos clientes.

Pero además la formación debe servir para canalizar y facilitar la capacidad de adaptarnos de la empresa con el fin de que esta pueda desempeñar su actividad en los cambiantes mercados actuales. Esto por regla general minimiza además posibles errores pues la empresa está obligada a permanecer en constante evolución. Con un buen Plan de Formación, la curva de aprendizaje de los trabajadores se reducirá de forma considerable y nos permitirá adaptarnos a los cambios de forma eficaz y rápida.

A la vista de todo lo expuesto, debemos considerar que si bien la inversión en formación es imprescindible, no podemos olvidar la inversión en medios y herramientas, pues ellas permitirán y facilitarán la realización de tareas de forma efectiva y eficaz. No sirve de nada tener el mejor curso de ventas si no tenemos una buena herramienta donde gestionar nuestras relaciones con los clientes (CRM).

No debemos olvidar que es imprescindible que las herramientas formativas sean eficaces. Los empleados no deben sentir que la formación que realizan es una pérdida de tiempo. Debe adaptarse y personalizarse al máximo a las necesidades y carencias de cada empleado. Así los empleados sentirán que el tiempo que invierten en la formación es un tiempo de utilidad que podrá ahorrarle tiempo en el futuro pues le permitirá realizar su trabajo con mayor eficacia haciéndolos más productos.

Finalmente es cada vez más importante que la formación sea accesible desde cualquier lugar (preferiblemente desde su puesto de trabajo) y que no represente una carga o esfuerzo laboral añadido pues así venceremos la resistencia al cambio y lograremos que la formación sea valorada por los empleados haciéndoles sentir que la formación es un nuevo activo a incorporar en su currículum.

En definitiva, la formación continua en la empresa es y debe ser una obligación pues llevarla a cabo permitirá a la empresa y a sus trabajadores reaccionar de forma rápida y eficaz a los múltiples cambios que imponen los mercados actuales logrando empresas más competitivas y fuertes en su camino al éxito.

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